Todo aquel que haya visitado el Kotel (muro occidental) en la Ciudad Vieja de Jerusalem, probablemente habrá distinguido que en el Monte del Templo, donde en su momento estuvieron en pie los dos Grandes Templos del pueblo de Israel y en este momento se encuentra la mezquita de oro, hay muchos árboles que “decoran” la explanada.

De acuerdo a la Torá, está prohibido plantar árboles en el Monte Moriá, el Monte del Templo, como está escrito: “No plantarás para ti asherá (árbol de idolatría) ni ninguna clase de árbol junto al altar de Hashem, tu Di-s, que harás para ti”. (Devarim 16:21)

Recuerdo que una vez, en una de las tantas veces que tuve el mérito de visitar el Kotel, presté particular atención a los árboles que se encuentran en pie allí. Generalmente iba, rezaba y seguía adelante, como hace la mayoría. Pero esa vez fue distinta, algo especial me conmovió, y los árboles me hicieron sentir una fuerte tristeza, me recordaron específicamente la falta de reposo de la Shejiná dentro del pueblo de Israel, el hecho de que Hashem no tiene casa aún, y por lo tanto, el versículo: “Y me harán un santuario, y Yo habitaré en medio de ellos” (Shemot 25:8) no puede cumplirse.

Como decía el Rabino Moshé Ben Tov zt”l, con lágrimas y un llanto inexplicable, “que mi cabeza se llena de rocío” (Shir Hashirim 5:2), se refiere alegóricamente a Hashem, quien no tiene una casa donde refugiarse, y por lo tanto su “cabeza” se llena del rocío que cae por las noches.

Recé con mucha fuerza ese día, y hoy recordando el momento, puedo compararlo con una famosa historia que relata la guemará:

Una vez, subieron a Jerusalem Raban Gamliel y Rabi Eleazar ben Azaria y Rabi Ieoshúa y Rabi Akiva…

Cuando llegaron a Har Hatzofim rompieron sus vestimentas (en señal de luto). Cuando llegaron al monte del Templo vieron un zorro que sale del Kodesh Hakodashim (Santo Sanctuorum). Comenzaron a llorar y Rabi Akiva se rió.

Le dijeron: ¿por qué te ríes? Les respondió: ¿por qué ustedes lloran? Le dijeron: respecto al lugar que está escrito “y el extraño que se acerque será asesinado” (Bamidbar 1:41) ¿y ahora los zorros caminan por allí y no vamos a llorar?”.

Les dijo: “por esa misma razón yo me río, como está escrito “Y tomaré por testigos veraces a Uriá Hacohén y a Zejariá Ben Ieberjiau” (Ishaiau 8:2)

¿qué hace Uriá en Zechariá? (Uriá vivió en la época del Primer Templo y Zejariá en el Segundo).

Sino que el versículo demuestra que la profecía de Zejariá depende de la de Uriá. En Uriá está escrito: “Por eso, por su culpa Tzión será arada…” (Mijá 3:12), en Zejariá está escrito “y se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalem” (Zejariá 8:4)

Dice Ravi Akiva, hasta que no se cumplió la profesía de Uriá, temía que no se cumpla la de Zejariá. Ahora que se cumplió la de Uriá, sabemos que también la de Zejariá se cumplirá”.

Los sabios le dijeron estas palabras: “¡Akiva nos has consolado!¡Akiva nos has consolado!”.

Así, creo que debemos ver la realidad de hoy en día, recordar las palabras de Ravi Akiva y saber que esta situación es temporal y que así como la profecía de Uriá se ha cumplido, ya estamos comenzando a ver como la de Zejariá también está teniendo lugar.

Quiera Hashem que pronto en nuestros días seamos meritorios de la construcción del Tercer Templo y que 9 be Av se convierta en un día de alegría y felicidad.