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Espiritualidad

¿Buen invierno?

Tzvia Kusminsky

La primera vez que escuche la bendición “buen invierno” fue aquí en Israel. Luego del período de festividades, con la culminación de las mismas en Simjá Torá, la gente suele desear una a la otra, “joref tov” (buen invierno).

Debo confesar que la primera vez que oí este peculiar deseo, estaba realmente sorprendida. Ante todo, ¿por qué justo buen invierno, y buen verano, buen primavera o buen otoño?, ¿Por qué no bendicen también estas estaciones?, asimismo, ¿por qué justo en esta época, cuando culminan los jaguim? ¿Qué tiene el invierno de especial que es tan importante que lo bendigan? ¿Qué representa para nosotros?

Ante todo, es importante explicar que en simjá torá, la última festividad del mes de tishrei, se comienza a mencionar las lluvias. Si bien por las lluvias se comienzan a pedir recién el 7 de jeshván, para darle tiempo a todos aquellos que peregrinaron a Jerusalem, a retornar a sus casas, ya en esta época comienza a mencionarse las lluvias. Una vez que salimos de la sucá, que ingresamos a nuestras casas, la tierra comienza a prepararse para recibir las primeras gotas de agua del año, para recibir al frío y darle la bienvenida.

Quien ha visitado Israel, sabe que viajar en autobús es una experiencia especial, todos participan y acotan en las conversaciones del otro, defienden apasionadamente unos a otros ante “malas” actitudes del resto. En una de estas interesantes aventuras, una señora mayor conversaba a gritos con el conductor, quejándose de que Moshe Rabenu nos engañó y en lugar de darnos una tierra que emana leche y miel nos dio este lugar tan difícil. ¿Por qué no nos llevó a Suiza?, se preguntaba.

Lo que posiblemente esta señora no sabía, es que Hashem nos prometió una tierra llena de bendiciones, si hacemos su voluntad, si cumplimos con su Torá y si estamos unidos y nos respetamos unos a otros a pesar de las diferencias.

Nuestros sabios dicen que la fuente de bendición del mundo completo depende de la tierra de Israel, y por esta razón, incluso los judíos que se encuentran en el exterior, piden por las lluvias de acuerdo a las estaciones de Israel. Si ellos quieren ser bendecidos, deberán procurar primero por que la bendición recaiga en la tierra de Israel.

Otra interesante historia que muestra la conexión del pueblo de Israel con el Kadosh BarujHu mediante el invierno, mediante las lluvias, fue relatada por un Rabino Israelí a sus alumnos. Un día, en un año sumamente seco donde prácticamente no habían caído lluvias, viajaba este Rabino en un taxi, cuando el taxista con su pelo largo recogido en una colita y sus aros, no aparentaba ser religioso. El taxista había prendido la radio, y en las noticias anunciaban que Israel había firmado un contrato con Turquía y que importarían agua de dicho país. El Rab hizo un comentario diciendo, “bueno, solucionamos nuestro problema”, en ese entonces el taxista con la colita de pelo se da vuelta y le dice: “¡acaso mi problema es ver que salga agua de la canilla!, ¡mi problema es ver que ésta caiga del cielo!

El taxista no religioso, le dio al Rabino una lección de fe, que ni en las mejore ieshivot podría haber encontrado. Lo importante es que caiga agua del cielo, en forma de bendición, saber que Hashem está con nosotros y que nuestros actos son buenos a sus ojos.

Por otro lado, el invierno es una época de introspección, cada cual, obligados por el clima, ingresa a su casa, se encuentra con su familia, y tiene tiempo libre, dado que las noches se acortan para pensar y realizar un balance del alma. ¿Acaso vamos por el camino adecuado? ¿Qué clase de personas somos? ¿Cómo puedo mejorar mi avodat Hashem (forma de servir a Hashem)?

Los sabios kabalistas dicen que hay una importancia especial en el estudio de Torá por las noches del invierno, y es por esto que en muchos lugares se crean clases de estudio, especiales para esta época del año.

En la parashá de Noaj, cuando Noaj sale del arca, dice: “Mientras duren los días de la tierra, siembra y siega, frío y calor, verano e invierno, día y noche, no cesarán”. Y comenta a esto Rashi: “de aquí que los mismos cesaron durante el diluvio”. Es decir, que en un estado normal de desarrollo del mundo, el invierno es tan necesario como el verano, el frío es tan bueno como el calor. Y por más que ciertas veces nos dificulte más los días fríos y lluviosos también estos son necesarios para el mundo y también estos son una bendición.

¡Que este año seamos meritorios de ver la bendición caer del cielo y que tengamos un “buen invierno”!

Tzvia Kusminsky

Autor

Fundadora de Yadá espacio de conexión profunda.

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