Ese peso en la nuca, en la espalda alta, incluso la joroba que empezó a salirte proviene de allí.
Muchas mujeres viven con esta sensación constante, y se toman el peso no solo de ellas, sino también de sus hijos, de sus esposos e incluso de sus padres.
¿Te pasa a ti?
Eso es JAMETZ, es una forma distinta de ego.
Y me suelen preguntar:
¿entonces que hago?
¿Dejo todo en manos de Hashem?
¿no hago nada?
¿me quedo de brazos cruzados?
No, no es esa la idea, vinimos a este mundo a actuar, a ser socios de Hashem en la creación.
Lo que debemos hacer es APRENDER DE LA MATZÁ.
Los Iehudim en Egipto:
• primero le REZARON a Hashem, pidieron que los libere,
• luego HICIERON LA MASA que no llegó a leudar, la liberación fue más rápido de lo pensado (si, así sucede cuando logras relajar)
• y luego le cantaron, alabaron y AGRADECIERON, cuando pudieron cruzar el mar, cuando pudieron lograr lo que les parecía imposible.
Lo mismo te aconsejo a tí, el equilibrio adecuado es: reza, pídele a Hashem, fortalece la sensación que todo proviene de Él. Luego actúa, pero con la conciencia de que eres Su emisaria. Y finalmente agradece, recordándote que si bien tu actuaste, todo resultado es producto de Su deseo de hacerte el bien, de satisfacerte todas tus necesidades.
¡Pesaj kasher ve sameaj!
Fundadora de Yadá espacio de conexión profunda.