¿Conoces a tu niña interna? ¿Estás conectada a ella?

Hoy quiero compartir contigo, algo que pasó la semana pasada con mi hija y que me enseñó muchísimo sobre las necesidades humanas que todos tenemos.

Al finalizar la festividad de Jánuca, los niños debían realizar un examen antígeno covid para poder volver al colegio luego de las vacaciones.

A mi hija le impresiona que le ingresen el palillo en la nariz y no es fácil realizarle el examen.

Era de noche, ella estaba cansada, yo también, y rápidamente ingresamos en situación de pelea, frustración y gritos.

Lo bueno de la pareja es que cuando uno pierde la cordura, el otro generalmente la mantiene. Por lo que mi esposo pudo resolver la situación y realizarle el chequeo.

Luego de un rato, ya calmadas, conversamos de la importancia de enfrentarnos a situaciones diversas, aunque sean dolorosas o nos causen temor. Sobre todo si son para nuestro bien.

Hablamos de técnicas de relajación como respiraciones, pensamientos positivos, sostener un muñeco querido y demás, pero ella seguía diciendo que lo intenta y no le funciona.

Finalmente, me mira con cara de pollito mojado y se arropa en mis brazos.

En ese instante comprendí que lo que mi hija estaba buscando era amor incondicional, a pesar de sus debilidades, a pesar de sus dificultades.

En ese entonces comencé a decirle frases que alimentan su alma y su seguridad interna:

“Eres amada a pesar de que tengas miedo”

“Incluso cuando nos enojamos contigo, no dejamos de amarte”

“Puedes oponerte a algo, o no saber cómo calmarte, y seguirás siendo querida”

¿Y por qué te cuento todo esto?

Porque nosotras también tenemos una niña interna que necesita ser alimentada, que necesita saber que es amada sin importar cómo se sienta y se comporte.

Cuando éramos pequeñas, estos mensajes los recibíamos de nuestros padres y de nuestro alrededor. 

Ahora como adulta, puedes tomar responsabilidad por llenar a tu niña interna de amor y decirle frases acogedoras y fortalecedoras. ¿Cuáles serían en tu caso?