Hace unos meses, cuando nos encontrábamos en el auge de la pandemia, y nuevamente nos vimos encerrados durante un largo plazo, mi hija de seis años tuvo unos días bastante difíciles (¿quién no?) y sufrió algunos ataques de enojo significativos.

Intentando ayudarla, le ofrecí hacerle uno de los procesos de acompañamiento emocional y espiritual, para trabajar el enojo. Accedió.

Comenzamos ante todo, como en todo proceso, permitiéndole expresar lo que le molesta: que no hay colegio, que no se puede encontrar con las amigas, que tiene que estudiar por zoom y demás. 

Una vez que sacó todo afuera, le dimos nombre a los sentimientos. Yo le sugerí distintos tipos de sentimientos que me pareció que estaba atravesando, y ella fue diciéndome sí o no. Entre ellos eligió enojo, tristeza, preocupación, miedo y oposición.

El tercer paso fue comprender sus necesidades. Nuevamente, aquí le fui nombrando distintos tipos de necesidades que me parecían acordes, y ella fue diciendo con cuáles se sentía identificada. Lo sorprendente fue que su mayor necesidad era poder compartir lo que sentía, y que los papás supieran qué estaba pasando.

¡Que increíble! ¡Cuanta verdad! Por un lado no hay solución, la situación estaba más allá de su control, y lo que ella necesitaba para trabajar su enojo, era poder compartir con las dos personas más cercanas a ella, que le dieran lugar a sus sentimientos.

Ya en ese momento, el nivel de tensión era mucho menor, por lo que le sugerí que dibujara cómo se sentía en ese momento.

Pueden ver el producto en la foto de abajo, la carita sonriente y un globito donde escribió que está contenta por poder contar lo que siente.

Para finalizar, los procesos de acompañamiento no son solo emocionales, sino también espirituales. Para poder recibir una cura profunda, es necesario recordarnos y repetir verdades espirituales que nos acompañen y nos fortalezcan, a lo que ella eligió escribir que Hashem está con nosotros, que Él envía el corona y que todo lo que sucede es para bien.

¡Ustedes también pueden hacerlo con sus hijos! 

Estaré encantada de que me cuenten luego cómo les fue